Sintomas de contractura muscular en el muslo
Causas de la contracción muscular
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Una contractura muscular, también conocida como deformidad por contracción, es un acortamiento y endurecimiento permanente de las fibras musculares que reduce la flexibilidad y dificulta el movimiento. Se produce cuando un músculo pierde elasticidad. Si un músculo no puede moverse y estirarse, las articulaciones cercanas también pierden movilidad y se vuelven dolorosas.
Los músculos que son flexores, los que doblan las articulaciones para acercar partes del cuerpo, son los más afectados por las contracturas. El endurecimiento y la tensión de estos músculos impiden que las partes del cuerpo se muevan hacia fuera y se alejen del cuerpo.
En los bebés y niños, las zonas típicas afectadas por la contractura muscular son los codos, las muñecas, los dedos, las rodillas y los tobillos. La contractura del cuello, llamada tortícolis, se observa con frecuencia en los bebés, y puede empeorar si el bebé es continuamente amamantado o alimentado con biberón en el mismo lado del cuerpo.
Contracción muscular en la espalda
Las contracturas musculares son una de las razones más comunes por las que se pierde tiempo de juego en la NFL. Pero no es necesario ser un jugador profesional de fútbol americano para sufrir una lesión de este tipo. Son bastante comunes tanto entre los atletas profesionales como entre los recreativos.
Un músculo está rodeado por una vaina exterior que le permite moverse suavemente sobre los tejidos circundantes cuando se contrae. En el interior de la vaina externa hay haces de fibras musculares conocidos como fascículos, que a su vez están formados por miofibrillas. Estas miofibrillas están compuestas por millones de unidades microscópicas denominadas sarcómeros, que son los responsables de la contracción muscular. En el sarcómero, las proteínas musculares llamadas miosinas tiran contra finas cuerdas de proteína llamadas actina cuando son estimuladas por los nervios. Cuando esto ocurre, los sarcómeros se acortan, dando lugar a una contracción. Cuando las proteínas de la miosina se relajan, los sarcómeros se alargan hasta su posición original y el músculo también.
Los músculos, por medio de sus uniones tendinosas en cada extremo, se insertan en los huesos y proporcionan la fuerza necesaria para el movimiento. Durante las actividades que requieren movimientos explosivos, como el empuje durante un sprint o el cambio de dirección durante el raquetbol, la fuerza a través de la unidad musculotendinosa (el músculo y el tendón conectados) puede ser tan grande que los tejidos se desgarran, ya sea parcial o totalmente.
Contracciones musculares
Las contracturas musculares, una de las causas más comunes del dolor de espalda y del cuello, a menudo pueden resolverse con un tratamiento conservador y no quirúrgico; sin embargo, hay algunos signos a los que hay que prestar atención y que deberían provocar una llamada al médico.
Acaba de cargar esa bolsa de comida para perros en el maletero. O tal vez acaba de girar la cabeza para asegurarse de que todo está despejado antes de salir del aparcamiento. O tal vez acaba de hacer un buen y largo estiramiento después de haber pasado las últimas 9 horas apretado en la clase turista en un vuelo al extranjero. Ahora, oleadas de dolor muscular incontrolable le atenazan la espalda con tanta fuerza que apenas puede mantenerse en pie. Dado que los músculos que rodean y sostienen la columna vertebral son de los más potentes y utilizados del cuerpo, los espasmos musculares pueden ser una de las causas más comunes -y dolorosas- del dolor de espalda.
Un espasmo muscular, uno de los mecanismos de respuesta natural del cuerpo, es una contracción involuntaria y sostenida de las fibras musculares en respuesta a una lesión o inflamación, ya sea en los propios músculos o en los nervios que los sirven. En la espalda, los espasmos musculares también pueden indicar una lesión o daño en una estructura vertebral subyacente, como las vértebras, los discos o los ligamentos que conectan las vértebras.
Tratamiento de las contracturas musculares
Su médico de cabecera le preguntará por sus síntomas y le examinará las piernas y los pies. También puede preguntarle si tiene otros síntomas, como entumecimiento o hinchazón, que pueden ser un signo de que tiene calambres secundarios en las piernas causados por una enfermedad subyacente.
Para estirar los músculos de la pantorrilla, colóquese con la mitad delantera de los pies sobre un escalón, con los talones colgando del borde. Baje lentamente los talones hasta que estén por debajo del nivel del escalón. Mantenga la posición durante unos segundos antes de volver a subir los talones a la posición inicial. Repítelo varias veces.
Además, los tendones se acortan de forma natural con el paso del tiempo, lo que puede explicar por qué las personas mayores se ven especialmente afectadas por los calambres en las piernas. Los tendones son bandas de tejido resistentes que conectan los músculos con el hueso. Si los tendones se acortan demasiado, pueden provocar calambres en los músculos conectados a ellos.
Póngase en contacto con su médico de cabecera si cree que su medicación puede ser la causa de los calambres en las piernas, ya que puede ser necesario ajustar la dosis. Nunca deje de tomar una medicación prescrita a menos que su médico de cabecera u otro profesional sanitario cualificado responsable de su cuidado se lo aconseje.