Operacion de pies

Coste de la cirugía del pie

Asistir a una revisión previa es una buena manera de maximizar los beneficios de su cirugía. En la revisión, se le hará un análisis de sangre para evaluar sus niveles de vitamina D; se tomarán muestras para comprobar si hay infecciones u otros problemas; se le pesará y tendrá la oportunidad de hablar sobre su historial médico, para destacar cualquier posible problema con la anestesia.

Una semana después de la operación, sus niveles de dolor deberían reducirse considerablemente y podrá empezar a caminar distancias cortas en casa con la ayuda de sus muletas. Alrededor de cinco o seis semanas después de la operación, puede empezar a realizar algunos ejercicios de fisioterapia para ayudar a su recuperación, mejorando su estado físico, equilibrio, flexibilidad y fuerza.

La operación de pie plano puede minimizar el dolor, distribuir el peso de forma más uniforme al caminar o estar de pie y mejorar la alineación del pie. La flexibilidad y la fuerza de su pie mejorarán gradualmente, para que pueda volver a su estilo de vida habitual.

Fotos de la cirugía del pie

La parte central del pie (mediopié) está formada por cinco huesos del tarso. Estos forman el arco del pie. Los huesos del tarso están conectados a la parte delantera y trasera del pie mediante músculos y el ligamento del arco (la fascia plantar). Actúan como amortiguadores cuando caminamos o corremos.

La parte delantera del pie (antepié) está formada por los huesos de los dedos (falanges), que están conectados a cinco huesos largos (metatarsianos) mediante articulaciones. Las articulaciones de los dedos no se mueven mucho. El antepié soporta la mitad del peso del cuerpo.

Los músculos de la parte inferior de la pierna están unidos a los huesos de los pies mediante tendones, y controlan el movimiento que nos permite estar de pie, caminar, ponernos de puntillas y saltar. Estos músculos mueven los dedos y controlan la posición del pie al chocar con el suelo, permitiéndole ser flexible y amortiguando el impacto. También hacen que los arcos de los pies sean más rígidos para empujar el cuerpo hacia delante cuando te mueves.

El hueso del talón está conectado a los músculos de la pantorrilla en la parte inferior de la pierna por el tendón de Aquiles, que es el más importante para el movimiento. El tendón del tibial posterior, que une la parte inferior del pie a la parte inferior de la pierna, ayuda a sostener el arco del pie y permite girarlo hacia dentro.

Cirugía del pie antes y después

La parte central del pie (mediopié) está formada por cinco huesos del tarso. Estos forman el arco del pie. Los huesos del tarso están conectados a la parte delantera y trasera del pie mediante músculos y el ligamento del arco (la fascia plantar). Actúan como amortiguadores cuando caminamos o corremos.

La parte delantera del pie (antepié) está formada por los huesos de los dedos (falanges), que están conectados a cinco huesos largos (metatarsianos) mediante articulaciones. Las articulaciones de los dedos no se mueven mucho. El antepié soporta la mitad del peso del cuerpo.

Los músculos de la parte inferior de la pierna están unidos a los huesos de los pies mediante tendones, y controlan el movimiento que nos permite estar de pie, caminar, ponernos de puntillas y saltar. Estos músculos mueven los dedos y controlan la posición del pie al chocar con el suelo, permitiéndole ser flexible y amortiguando el impacto. También hacen que los arcos de los pies sean más rígidos para empujar el cuerpo hacia delante cuando te mueves.

El hueso del talón está conectado a los músculos de la pantorrilla en la parte inferior de la pierna por el tendón de Aquiles, que es el más importante para el movimiento. El tendón del tibial posterior, que une la parte inferior del pie a la parte inferior de la pierna, ayuda a sostener el arco del pie y permite girarlo hacia dentro.

Cirugía del pie con juanete

El tobillo permite al cuerpo tener equilibrio y estabilidad al caminar o estar de pie, y debe soportar las innumerables manipulaciones que experimenta a diario. La articulación está formada por tres huesos, la tibia (hueso de la espinilla), el peroné (hueso más delgado junto a la espinilla) y el astrágalo (hueso del pie que se sitúa por encima del talón). La articulación del tobillo permite que el pie se mueva hacia arriba y hacia abajo, mientras que la articulación subastragalina, que se encuentra debajo de la articulación del tobillo, permite que el pie se mueva hacia la izquierda y hacia la derecha. Además de los huesos del tobillo, hay una serie de ligamentos que proporcionan apoyo.

Entre las lesiones ortopédicas más comunes se encuentran los esguinces de tobillo, que no suelen considerarse importantes aunque si no se tratan adecuadamente pueden provocar daños adicionales. La diferencia entre una torcedura de tobillo y un esguince de tobillo es que el tobillo se inflama y el dolor continúa. Del millón de lesiones de tobillo que se calcula que se producen al año, el 85% son esguinces de tobillo.

Los esguinces de tobillo se clasifican en tobillo alto, tobillo lateral, tobillo medio y tobillo bajo. Los esguinces de tobillo altos son lesiones de los ligamentos que conectan la tibia y el peroné con la articulación del tobillo. Los esguinces de tobillo mediales son lesiones del ligamento deltoide. Los esguinces de tobillo bajos son lesiones de los ligamentos que sostienen la articulación subastragalina, que sostiene el giro del pie de lado a lado.